Una de las preguntas más frecuentes que nos hacen los visitantes durante las excursiones al Salto Ángel es sobre el origen de su agua que cae desde semejante altura.
El agua que da vida a esta maravilla natural tiene su origen en las lluvias que precipitan sobre la extensa meseta del Auyán-tepui. En lo alto de esta formación, la combinación de roca porosa y vegetación opera como una inmensa esponja natural: el agua se acumula, se filtra y da lugar a pequeños riachuelos que serpentean por canales de piedra hasta precipitarse por el borde del tepuy.
En un primer momento, estos riachuelos descienden en estrechos cauces; luego, una vez separados de la pared rocosa, se convierten en la impresionante caída de agua más alta del mundo, con sus 979 metros casi continuos.
El aspecto del Salto Ángel varía según los caprichos del clima: puede ser vigoroso y abundante en tiempos de lluvias o mostrarse delicado, evaporándose como una nube efímera al descender. Esta transformación, tan natural como fascinante, es un componente esencial de su encanto. Los afortunados que lo contemplan quedan anonadados ante la majestuosa exhibición.
Una vez alcanza la base, las aguas del salto nutren el río Churún, que sigue su curso hasta unirse con el río Carrao y finalmente desembocar en la extensa cuenca del río Orinoco. Así, el agua que nace en las alturas del Auyán-tepui viaja desde el cielo hasta convertirse en parte de uno de los sistemas fluviales más relevantes de Sudamérica.
Desde Wakü Lodge hemos acompañado a innumerables viajeros a maravillarse con este fenómeno único. Sin embargo, no importa cuántas veces tengamos el privilegio de verlo: su magnificencia siempre logra dejarnos sin palabras.
Fotografía: Saul Bretto